Seguramente a usted no le dice mucho el nombre de Lowe León, el artista, cantante, compositor Barranquillero dueño de varios éxitos músicales porque su carrera se inició hace más de diez años en su tierrita y ha tenido muchos logros. Ningún desconocido pegado a la fama de nadie. Recordemos “El Cabrón“, “Tequilita“, “Te prometo“ “La Monita“ de Omar Geles, “Quien me ama como tu“ “Las cartas“, “El culpable soy yo“ “Tu sonrisa“, “MAS Y MAS“, “Sueños“, “Camino al gol“ y muchos más. De pronto lo tendrán presente en su memoria los amantes de las redes por la campaña de desprestigio hecha contra él, Andrea Valdiri y sus seguidores por “supuesta“ irresponsabilidad al no querer reconocer la hija menor de ella como su hija. A favor de Lowe las dos pruebas de ADN, exigidas por la Justicia Colombiana que ella se negó a practicarse hasta ahora. El “villano“ de la historia fue Lowe León, atacado por los internautas de su ex que lo crucificaron sin piedad y SIN pruebas. Afortunadamente y como después de la tempestad viene la calma hoy Lowe ha retomado su carrera musical con nuevos temas una fusión entre reguetton y ranchera, con pinceladas de banda. Las puertas de México se abrieron para su música y no solamente en la interpretación, también en la composición. Varias de sus letras ya fueron solicitadas por artistas internacionales para incluirlas en su próximo trabajo discográfico. Y “la bomba“. una poderosa plataforma internacional, la más importante le ha propuesto ser actor de una producción en la cual tendrá uno de los papeles protagónicos. Mejor dicho entrará por la puerta grande al noble oficio. ¿Será acaso la historia de su vida?. Lo que está confirmado hasta el momento es la disciplina de Lowe quién se está preparando con un profesor de artes escénicas muy cotizado para debutar en ésta nueva faceta histriónica. Cómo dice el refrán “No hay mal que por bien no venga“ o, mejor “El que ríe de última ríe mejor“. Además se acerca el fallo de la justicia en la demanda interpuesta por él contra su ex y al parecer dará que hablar. Ahí se aclarará definitivamente lo de la cuestionada paternidad. “Veremos, veremos quién tenía la razón“.
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