Hay un dicho popular que se puede aplicar a casos de los llamados influenciadores : ídolos con pies de barro. Y es endiosar, subir a un lugar privilegiado a gente nada que ver con sus aportes a la humanidad o por lo menos a una comunidad. Seria válido aplicarlo al caso de la sentencia impuesta a Aida Victoria Merlano, por el delito de complicidad en la fuga de la ex-congresista Aida Merlano, su progenitora, donde todos los medios le dieron protagonismo sin razones de peso, más aún cuando este proceso apenas comienza. Mucho tiempo transcurrirá antes de conocerse la definitiva porque las impugnaciones están a la orden del día por parte de los interesados. De momento todo esta en el papel y la esperanza es que el veredicto inicial no termine tan embolatado como el de Epa Colombia que de villana, destructora de estaciones de transmilenio paso ser la «heroina» del comercio de un producto para el cabello, todo por cuenta de algunos despistados confundidos entre el significado de un genuino emprendedor y un personaje irreal que trabaja únicamente para construir la imagen de si mismo que quiere vender. No inventemos «ídolos con pies de barro» que se creen el cuento de la fama para satisfacer su propio ego. Hay que mirar lupa a quienes son oropel con algún brillo de dorado.

La influenciadora Aida Victoria Merlano se defendió de la imputación por enriquecimiento ilícito. – Foto: Instagram: @aidavictoriam