Aunque parezco un chiste y a algunos les divierte, lo cierto es que no lo es. El equipo encargado de las grabaciones de la novela del maestro Leandro Diaz, andan un poquito preocupado con el histrionismo y recomendaciones del cantante Silvestre Dangond en algunas oportunidades cuando a la hora de grabar algunas de las escenas del dramatizado de Leandro Díaz actualmente en San Juan del César y de repente comienza a opinar y recomendar acerca de “como debería ser“ o “sino quedaría mejor así“. Mej Ay! los directores le quedaron en pañales al osado hijo de Urumita y, ¿como no? a los escritores de la misma. Aunque no dicen nada en voz alta, ya es comentario general en Valledupar el estrés de los mismo por esta causa, pero además porque llega sin aprenderse su letra y esto incide en el tiempo de trabajo. Retrasa las grabaciones. Es cierto que cualquier observación es válida, pero lo claro es el propósito de quienes escribieron la historia y porque lo hicieron de ésta manera. La cosa empieza a inquietar a todo el mundo, especialmente quienes conocen de cerca la historia del creador de Matilde Lina, el Maestro Leandro Díaz, quién finalmente es el verdadera protagonista. Silvestre es el actor novato a quién le entregaron la inmensa responsabilidad de personificarlo en la pantalla chica y es en esto en lo cual se debe concentrar para un resultado decoroso por lo menos. ¡Ay, Ay Silvestre comportate que estas en tu tierrita y tus paisanos te tienen en la mira. No te perdonan una! Apenas estas comenzando en la actuación y te falta mucho camino por recorrer para demostrar que eres actor cinco estrellas.

Las buenas lenguas en Valledupar están comentando la actitud de Silvestre Dangond en su rol de Leandro Díaz. No está concentrada en el mismo. Llega sin la letra aprendida y haciendo recomendaciones en la puesta en escena de algunas situaciones, lo cual molesta a los directores.