Esto del «supuesto» ataque a Andrea Valdiri, una de las mujeres más activas en redes sociales, por parte de su hermana cuchillo en mano, tiene mucho de ancho y largo. Y es que nos presenta al desnudo el perfil de algunas nuevas estrellas de la juventud en todos los lugares del mundo. Poco recomendables para los padres de familias que impotentes ven como sus hijos enloquecen por algunas de ellas y los mensajes subidos a las redes. Allí se presentan ganadoras, éxitosas, populares, millonarias gracias a sus seguidores. Todo es oropel. Hasta cuando comienzan a filtrarse detalles del más allá de los glamorosos videos. No siempre son los más agradables. ¿O, a quién le interesa enterarse de las prácticas escatológicas de su pareja en la ducha, cuando micciona encima de ella? Obvio a muchos les encanta y les causa risa, pero desafortunadamente tienen convencidos a muchos que éstos contenidos son los que venden y terminan convirtiéndose en mercachifles virtuales. Todo lo propuesto lo aceptan con tal de obtener ganancias económicas. Añoramos y muchísimo el «talento, histrionismo» de muchas de nuestras estrellas de antes y ahora que perduran en el tiempo y en el espacio sin necesidad de vender su más íntima vida personal. Ellas si son verdaderas celebridades, figuras que forman parte de la historia Colombiana y cuyo ejemplo profesional debe seguirse. Que bueno aprovechando la cuarentena conectar a los niños y adolescentes a propuestas útiles como la de Javier Sáenz que dicta clases virtuales para formación en las artes escénicas cuyo resultado final debe ser un músical que se verá obviamente por las redes o, la del actor Alberto León Jaramillo y su esposa la bailarina y actriz Meridiana Sandoval, clases de expresión corporal, gimnasia y obviamente actuación, con montajes desde la casa. Eso si es digno de aplaudir.

Andrea Valdiri, youtuber con muchos seguidores hoy en el ojo del huracán. No todo lo que brilla es oro.