Desagradable sorpresa se llevó «El Cantor de Fonseca», Jorge Oñate cuando se enteró que la escultura con la cual la Gobernación del Departamento le rendiría homenaje como un reconocimiento a su extensa y éxitosa carrera músical, no será de tamaño normal, sino de la cintura para arriba, mejor dicho un busto. ¿La razón? la plata no alcanzaba de acuerdo con las palabras del artista Jhon Peñalosa, tan sólo para la parte superior de su anatomía, de la cintura para abajo quedaba blanqueado. Obvio, Oñate protestó porque estaba recibiendo un trato discriminatorio frente a Diomedes Díaz, Martín Elias y Carlos Vives, cuyas esculturas lucen de tamaño natural en el Parque «La Provincia». Como por los lados dela Gobernación no habia solución y ante la molestia del «Jilguero de América» acordaron una solución salomónica: el juglar se encargara de reunir el dinero faltante para completar su anhelada figura esta si de cuerpo entero en el Parque del barrio «Don Alberto» en Valledupar. A propósito y ¿cuanto falta para terminarla con piernas y demás adornos? Buena la protesta de Jorge. No hay derecho. ¿Porque y en qué se gastaron el presupuesto de la escultura? Tendrá su estatua de pies a cabeza y no solo la mitad pero le toca aportar de los ahorritos para completarla.
