La boda entre el actor, cantante y presentador Mauro Urquijo con Gabriela Isler, el pasado fin de semana en la ciudad de Santa Marta terminó en escándalo, «supuestamente» porque los novios quedaron debiendo cuatro millones de pesos del contrato firmado por la celebración allí. Apartaron con setecientos mil ($ 700.000), el resto lo pagarían con el dinero reunido en los sobres de la lluvia de regalos. Amigos adinerados eran los invitados, pensaría cualquiera. Curiosamente a la hora de cancelar el saldito al Hotel Miami, habían robado el dinero de los mismos, eso afirma la novia. Resultado se fueron sin cancelar el costo de su matrimonio. De buena fuente nos enteramos que en ese mismo sitio vivió María Gabriela cuando era soltera y dejo otro saldo sin cancelar cuando se trasteo. El dueño del sitio vive fuera del país. Sus administradores velan por sus intereses en Colombia. Por eso ella eligió el sitio para el acto máximo de amor: su unión con Mauro Urquijo. Embarcada la amiga que le ayudó a gestionar la ceremonia allí. Debe responder.

Sin embargo hay un detallito que llama la atención y pasó desapercibido para unos pero para otros avispados curiosos no: cada vez que llegaba un invitado la enamorada novia se acercaba a la urna, revisaba el sobre y luego se llevaba la mano a su escote, al mejor estilo de las abuelas. Dinero seguro entre las bubies. ¿Si estaban vacios los sobres? ¿ A dónde fue a parar la platica que estaba depositada allí.? es la pregunta que ronda entre los invitados que cumplieron con el protocolo de colocar unos billeticos dentro del mismo. ¿O, sería que todos le hicieron conejo? Averigüelo Vargas. Han debido buscarlos en el escote de la protagonista como dicen algunos de los presentes. Ahora a trabajar y pagar el saldito Maria Gabriela y Mauro. ¡No hay de otra!