Fueron toda una sensación cuando salieron a la palestra pública tres jovencitos con poderosas voces seleccionados y contratados por uno de los hombres que más saben de música Hugo Gutiérrez y su hijo Jhonn, quienes a pesar de su imágen y corta edad decidieron colocarlos a cantar «boleros», género músical de poca relevancia en esos momentos entre la juventud de la época. Nada más y nada menos que de los míticos «Panchos» Ellos mismo estaban sorprendidos por la propuesta. Pero como dice el refrán «más sabe el diablo por viejo que por diablo», el éxito fué instántaneo. Obvio las versiones estaban actualizadas. Los Gutiérrez los modernizaron, vistieron de gala y lanzaron a la pelea. Exito total. Los chicos se dispararon no solamente en Colombia. También en México. El espaldarazo lo recibieron cuando el legendario Armando Manzanares les entrego varias de sus composiciones para grabarlas. Hasta ahí todo bien. La dicha se les agüo cuando quisieron incursionar como solistas. Manuel fué el más favorecido como actor y cantante. En tanto Andrés y Esteban también lo intentaban combinándolo con otras actividades profesionales. Intentaron volver al producto que los hizo famosos pero se encontraron con un obstáculo, el nombre de los «Tri-o» no les pertenecía. Era de propiedad de los Gutiérrez. Decidieron darse la pelea en los estrados judiciales y efectivamente después de varios años ganaron. Ahora retoman con más fuerza su carrera nuevamente con los boleros. Están concentrados y decididos a reverdecer laureles. ¿Lo Lograrán?
