Muy juiciosito y entusiasmado se ha visto en las redes sociales escribiendo y haciendo campaña por la señorita Bogotá 2017, Vanessa Domínguez al empresario Ricardo Leyva de quién no teníamos noticia luego del amargo trago del mini-escándalo de la ruptura de su affaire con un presentadora de televisión concluido por “mutuo acuerdo” luego de pronunciar el mágico nombre de prestigioso Abogado si ella seguía dando lora en los medios. Mejor dicho sutil amenaza de demanda de él. La motivación para la intensa campaña adelantada por Ricardo es que la niña es su hijastra ¡lempo de mujer! Con toda razón la energía. Hace unos días en Notaria contrajo matrimonio con la mamá de la actual señorita Bogotá, una hermosa caleña, empresaria, separada muy del perfil de la mujer que le gusta al empresario. Lo cierto es que muy calladamente llevo su romance justamente para protegerlo de los curiosos y concluir con un feliz desenlace. A la boda asistieron únicamente los familiares más allegados de los novios. Felicidades Ricardo y que este matrimonio le dure para siempre porque me imagino será el último dada la calidad del anillo que lo sello. Un diamante de verdad, verdad. No uno de los anillitos que le regalaba a sus anteriores amigas y que tiene por docenas por ahí como regalitos para salir de compromisos. O, sino pregúntenle a algunas de ellas que los recibieron en un momento dado y aún lo lucen como un grato recuerdo.