Cierto. Todos tenemos derechos a volver realidad nuestros emprendimientos. Pero se debe conocer el tema y sobre todo el mercado para no vivir situaciones difíciles y de pérdida como la enfrentada actualmente por algunos de los llamados «chicos y chicas realitis», porque buscan popularidad a través de éste género del entretenimiento. Lo están sufriendo Marlon Solórzano quién estuvo en «La Casa de los famosos 2» y su manager y amigo Jonathan más conocido en el medio como Dipau, quienes decidieron crear su propio reality llamado «Titanes del Olimpo», actualmente transmitido a las 5:30 de la tarde por el Canal City, Suponemos llenos de buenas intenciones pero desconociendo los intringules de producción y realización de un programa de televisión, especialmente los elevados costos y la dependencia de la pauta publicitaria se lanzaron contratando espacio en City T.V., el cual por más bien negociado que sea es caro y suma y suma, al igual que a todo un equipo de producción, técnico, libretistas y demás quienes confiaron en el éxito del espacio al aire. Sin embargo la comercialización no funciono como esperaban y hoy están enfrentado una grave crisis económica que les impide cumplir sus compromisos laborales para con la gente contratada. Para colmo de males los amigos de lo ajeno hicieron de las suyas y se les llevaron cámaras, pantallas de televisión, memorias, etc., etc., agravando la crisis. La pregunta del millón continuarán al aire y saldrán de una para no agrandar la deuda con City? Lección: hay que prepararse para comenzar un emprendimiento. Las cosas no son tan fáciles como se ven. Detrás hay todo un tinglado enorme y costoso, especialmente en la televisión y redes. ¿Y ahora quién podrá salvarlos? Los titanes del Olimpo están pasando las duras y las maduras.

Muy buenas intenciones, pero poco conocimiento de los costos y la infraestructura de un programa macro de televisión llevaron al fracaso a «Titanes del Olimpo», un nuevo reality producido por participantes en algunos de ellos y emitido actualmente por City T.V. La cosa no es tan sencilla como la gente cree.